13 octubre 2017

"Para vos, con voz de 4º"

 En esta oportunidad, presentamos las producciones escritas de lxs alumnxs de 4º Año. Vale aclarar que esta práctica áulica de redacción textual se funda en la "Prioridad Pedagógica" acordada en forma institucional: potenciar la capacidad fundamental de la escritura.

LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE
Redacción: Nuestro grupo debatió sobre las distintas temáticas y personas de las que podíamos hablar en nuestro informe; de todo lo charlado nos decidimos por la historia de Juan Pablo Rodríguez, ya que nos llamó mucho la atención su sinceridad y emoción al hablar, asimismo sus anécdotas de vida resultaron muy conmovedoras.
Él nos comentaba que era adicto a la cocaína desde hace 20 años, sin embargo día a día  sigue luchado contra ella. El motivo por el cual decidió  poner fin a esto y hacer un cambio en su vida fue gracias a su hijo menor Valentín, de actualmente 11 años. “Un día encontré una nota de cuaderno escrita por mi hijo la cual decía `Odio a mi Papa´”.
Desde ese día empezó con rehabilitación para mejorar su estado de salud y dejar de ser el padre ausente de cuatro hijos.
A todo esto, Juan Pablo se dedicaba a realizar tatuajes a hinchas de Belgrano a cambio de alimentos no perecederos, ropa y juguetes que más adelante serían entregados a familias que lo necesitaran.
Lamentablemente, el 3 de diciembre de 2013 sufrió un saqueo en su local de indumentaria ubicada en Av. Fuerza Aérea, donde todo lo recaudado estaba dentro. Esto generó que distintos medios de comunicación se acercaran para realizar una entrevista sobre lo ocurrido. “Los noticieros y medios de comunicación se aprovecharon de esta tragedia para ver si podían sacar provecho de algo tan malo”, sentenció.
 Juan Pablo puso al tanto a todos de la situación de lo que había sucedido y de su nueva idea a través de su página de Facebook; gracias a Dios esta  historia conmovió  a muchísimas personas que se acercaban para ayudar con lo que podían.
Así fue como empezó el movimiento solidario “Un tatuaje por una sonrisa”, una campaña que consistía en recibir un juguete a cambio de un tatuaje, para luego cada 15 días entregar lo recaudado a quienes les haga falta. “Para mí significa una liberación personal y felicidad a la vez”, fueron sus emocionantes palabras.
Finalmente, con estas buenas acciones Juan Pablo cambió su vida para siempre, pasando de ser un pobre adicto a un padre de familia, del cual sus hijos sienten orgullo por él.

Opinión del Grupo: A nosotros nos resultó bastante bueno que se haga ese tipo de charlas dirigidas a un público de adolescentes porque es una forma de aconsejar y ayudar a alguien que quizás se encuentre en esa situación. Además, también es una motivación para aquellas personas que quieren colaborar aportando algo y en relación a eso contribuir a las personas que están en una mala condición de vida.


“A mí no me importa cuántos sepan esto, con tal de que uno venga después de esta charla y me diga: `che sabés que ando en la misma´”.
A nosotros nos llamó la atención esta frase porque demuestra lo mucho que a Juan Pablo le importa la gente, ya que siempre está intentando ayudar aunque sea en lo más mínimo y no le importa que sean muchos, pero que él sepa que les sirvió algo de lo que habló le basta.
Por: Lisbeth Gomez, Fabrizzio Seery, Ignacio Seery y Aldana Torres


DURAS PALABRAS DE LA VIDA
Juan pablo Rodríguez, su oficio es hacer tatuajes (tatúa). Fundó la campaña “Un tatuaje por una sonrisa”. A los 14 años se inició en las drogas, a los 24 años conoció a su actual mujer cuando ya tenía 10 años de consumir drogas. Nos cuenta que su cuerpo y su mente le piden consumir las 24 horas del día.
Juan Pablo relata su historia donde su padre era golpeador y alcohólico; reconoce que nunca imitó a su padre pero él era un padre alejado de su familia: no vio nacer a su hijo el más chico por querer ir a la cancha a ver a Belgrano y seguir consumiendo.
Habiendo pasado 20 años desde que comenzó a consumir, una noche al llegar a su casa, subió al cuarto de su hijo mayor de 10 años (su nombre es Valentín) y observó determinadamente una imagen que le llamó la atención poderosamente: en la imagen observó que su hijo realizó un dibujo diciendo que lo odiaba a su padre porque nunca estaba.
Ese momento fue un punto de quiebre en su vida, ya que empezó  a perder a toda su familia por un mal vicio que el adoptó desde chiquito en la calle.
Algunas frases que nuestro grupo quiere destacar de la entrevista en Quality: “Estoy tentado las 24 hora del día”, “la barrera entre la adicción y yo es mi hijo, y mi madre”.
Y ya terminando su exposición, pudimos observar que mientras Juan Pablo era entrevistado había un silencio que te permitía no solo escuchar sino reflexionar sobre lo que le pasó a Juan Pablo y que su historia no es muy diferente a los de los jóvenes de hoy. Él nos trasmitió un mensaje de aliento: podemos vencer eso y podemos vivir una vida sana y alegre.
Opiniones del Grupo:
Marcelo: es muy importante hablar sobre el tema de las drogas, y así tener conciencia social.
Juan: la vida te presenta muchas circunstancias y problemas pero teniendo un acompañamiento y alguien que te respalde podrás salir de esa situación.
Enzo: lo bueno que hace este mensaje es que los consumidores tomen conciencia y puedan reflexionar.
Fabricio: es una gran oportunidad poder hablar de este tipo de temas; a través de experiencias contadas en primera persona podemos recibir esos testimonios vividos en carne propia.
Carlos: gracias a este testimonio pude ver que no todo parece color de rosa, muchas veces me dijeron que las drogas y el alcohol me podían hacer un bien, pero con el testimonio de Juan Pablo uno se da cuenta que no es así. Estaría bueno que siempre pudieran hablar de eso.
Por: Marcelo Ahumada, Fabricio Almada Rete, Enzo Barrionuevo, Carlos Sedano y Juan Zárate.




“Una caricia al alma.”
Nuestro grupo está integrado por Giuliana Britos, Tisiana Buendia, Jazmín Coffa, Erika Ibarra y Abril Oyola.
El día jueves 5 de octubre hicimos un cambio de actividad en el Espacio Quality sobre una charla de adicciones, donde hubo tres figuras importantes a nivel país que nos contaron las experiencias de su vida.
Nosotras elegimos hablar de Juan Pablo Rodríguez; él es un tatuador que tiene una fundación llamada “Un tatuaje por una sonrisa”.
Todo empezó porque Juan Pablo tenía problemas de adicción con la cocaína, estaba perdiendo todo, lo que más le dolía es que su familia se estaba alejando y él no hacía nada por cambiar. Hasta que un día entró a la habitación de su hijo, agarró un cuaderno donde leyó las siguientes palabras “odio a mi papá”. En ese momento su cabeza hizo un “clic”, ahí se dio cuenta de la situación de su vida, que necesitaba cambiar. Esa misma noche él se sentó a esperar a su esposa, llorando le dijo que él quería cambiar y de sus bolsillos sacó una bolsa de cocaína, su mujer desconocía que hacía esto hace 24 años.
 Entonces él empezó a hacer una campaña por Facebook en la cual invitaba a los hinchas de Belgrano a su local de tatuajes a realizarse un tatuaje a cambio de un juguete. Al ver esto muchas personas, ya sea de diferentes clubes, se acercaron al local a dejarles juguetes.
En poco tiempo Juan Pablo lugar se llenó se juguetes y su propósito fue entregárselos a los niños con cáncer del Hospital Infantil.
En diciembre del 2013 ocurrieron los devastadores saqueos, y desgraciadamente su local se quedó vacío. Pero esto no le impidió continuar su sueño e hizo otra campaña en Facebook donde la gente lo volvió a ayudar.
Juan Pablo hoy tiene su fundación y realiza viajes a distintas partes de la provincia para donar esos juguetes a niños enfermos.
Muchas personas se acercan a su fundación para que él les aconseje porque piensan que es un ejemplo de vida.
Esta historia nos pareció muy emocionante y una buena reflexión de vida. Si se quiere cambiar y por amor a la familia, todo se puede. Por eso elegimos hablar de Juan Pablo y su gran historia. 


Viaje a un pasado.
Los cursos de 4º, 5º y 6º del turno mañana hicieron un viaje a Quality el pasado 4 de octubre, los tres cursos se repartieron en dos colectivos: en el primero iba sexto y gran parte de cuarto, y en el segundo iba quinto y pocos alumnos de cuarto.
Cuando llegamos a Quality, nos bajamos del colectivo y entramos al establecimiento en donde personas que organizaban el evento nos dieron unos folletos y un número de rifa.
Luego de eso, entramos al auditorio donde la presentadora, de forma amistosa, nos invitó a pararnos y bailar como parte de la presentación de la charla.
Después del baile, la presentadora llamó para que pasara el primer invitado Juan Pablo Rodríguez para contarnos su historia, su problema con la cocaína y cómo decidió dejarlo de a poco.
Nos conmovió su historia por la muerte de su madre y porque él fue consiente de su adicción cuando vio que su hijo le escribió que lo odiaba. Entonces, “gracias” a eso dejó de consumir la droga; por su hijo se contiene día a día porque él antes no estaba tanto con la familia, su familia.
Juan Pablo trata de darles consejos a esas personas que están por ese camino, para que no les pase lo mismo que a él.
El segundo invitado que subió y contó su historia -no de adicción sino de autosuperación y de cómo llego allí y de cómo dio todo de ella para lograr el título- fue Carolina "Chapita" Gutiérrez.
Carolina es la primera mujer cordobesa en convertirse en boxeadora profesional, y en 2008 se consagró campeona interina supermosca de la OMB. Nos contó que nunca se  dio por vencida ante su oponente y conseguir el título para mostrarle a su padre.
En nuestra opinión, las historias de Juan Pablo Rodríguez y “Chapita” Gutiérrez nos conmovieron. Historias de otras personas que han pasado por mucho para llegar en donde están, para ser escuchados y para que motive a otra gente a seguir un buen camino y no dejarse llevar por adicciones. 
Por: Sabrina Frias, Alexis Gribell y Natalia Peralta.

Cambiemos
Juan Pablo Rodríguez es el fundador de “Un tatuaje por una sonrisa”. Nos contó su historia y él dijo: “soy un adicto a la cocaína y siempre lo voy a ser”.
Un día él encontró una nota de su hijo mayor que decía “odio a mi papá”, para Juan leer eso era como si le hubieran echado un balde de agua fría en la cabeza y desde ese día pensó qué podía hacer para que su hijo cambiara el “odio a mi papá” por un “quiero ser como mi papá”.
A él le costaba dejar esa adicción porque consumía todos los días, pero poco a poco fue alejándose de eso porque decía que no había nada más lindo en el mundo que ver a sus hijos y a su madre orgullosos de él, también habló de su madre porque a ella  le habían detectado cáncer pulmonar.
“Las ganas de consumir siempre están” fue una frase que dijo. Él comenzó a tatuar porque era la forma que había encontrado para que su hijo se sintiera orgulloso de su padre, para hace feliz a otras personas y entonces comenzó a tatuar a cambio de juguetes.
Luego del saqueo del 3 y 4 de diciembre de 2013, le desbalijaron la tienda donde Juan Pablo trabajaba, y también tenía los juguetes donados: tuvo que empezar desde cero! Además, sobrellevar la enfermedad de su mamá, que lo  dejó muy depresivo tanto que no quería ir a una inauguración que había en la cancha de Belgrano, para quedarse con su mamá, pero la madre le dijo que vaya a la cancha, que no se preocupara que ella iba a estar bien. Juan Pablo no quería ir pero como la madre insistía que asistiera, entonces se fue a su casa y cuando llegó, le dijo a su esposa que no iba a ir porque quería pasar el día con su madre, pero al ver a su hijo lo motivó finalmente a ir.
Cuando él estaba tatuando vio un auto en el cual bajaba el hermano que le dijo “está mami en el auto”, él dejó de tatuar y se acercó al auto y le preguntó a la madre qué hacía ahí y le dijo que quería saber si había ido.
“Mi mamá murió en mis brazos, lo que más extraño de ella son sus comidas, sus asados y su cariño”, fueron frases sentidas que expresó Juan Pablo.
Él tenía un juego con la madre, que siempre cuando la madre llegaba de trabajar él le sacaba las cosas de la cartera y tenía anotadores, lapiceras, etc. y él se las sacaba, la madre lo retaba, pero después se lo terminaba regalando. Cuando falleció la madre fue directo a la cartera y vio que tenía todos los recortes de cuando él salía en los diarios: “Mi mamá les decía a las enfermeras que recortaran las noticias en las que yo salía”.
Para finalizar esta nota, queremos decir que a nosotras nos gustó mucho que Juan Pablo -a pesar de todas las dificultades que tuvo- salió adelante pensando en su familia.
Opinamos que siempre hay que seguir adelante, nunca rendirse ni bajar los brazos y disfrutar de cada momento  con la gente que amamos y que es muy lindo y satisfactorio sacarles sonrisas a las personas que lo necesitan.
 Alumnas: *Dotta María Jose. *Farías Melisa Belén. *Flores Marina Abril. *Jaime Sol María del Valle. *Velez Clara Valentina.


 HISTORIA DE VIDA
El día 5/10 tuvimos una salida educativa al “Quality Espacio”, donde nos brindaron una jornada sobre “Prevención de las adicciones”. Allí escuchamos diferentes relatos o comentarios sobre lo que habían vivido o conocen acerca de varios tipos de adicciones.
Uno de los invitados principales, que nos llamo más la atención su historia sobre como afectó la adicción a la cocaína a él y su entorno fue Juan Pablo Rodríguez. Nos contó que es padre de familia, con 20 años de adicción a la cocaína, hincha de Belgrano, tatuador, pero su vida no fue fácil, creció con un padre golpeador y alcohólico.
Expresó que estaba totalmente perdido en la droga,  tanto, que un día llegó a su casa y se dirigió a la habitación del hijo mayor, donde  encontró un cuaderno que decía: “Odio a mi papá”. Ese fue el momento en que se dio cuenta que estaba perdiendo a lo que más amaba, su familia. Esa misma noche le contó a su esposa de su adicción y le pidió ayuda.
Juan Pablo necesitaba hacer algo que lo alejara de su problema. Fue ahí cuando se le ocurrió crear la Fundación “Un tatuaje para una sonrisa”, necesitaba tener su mente ocupada en otra cosa positiva… y comenzó con esta aventura.
Al ser tatuador, hincha de Belgrano y al acercarse Navidad, no tuvo mejor idea que publicar en su perfil de Facebook que tatuaba un cardiograma con iniciales de Belgrano a cambio de un juguete para niños que están en los hospitales por problemas de salud.
Al principio, comenzó con entre los muchachos del club, pero a cabo de días se difundió más y más,  alcanzando a otros hinchas y personas, que no iban por el tatuaje, sino que les interesó la causa.
En ese tiempo ocurrieron los famosos saqueos de diciembre (diciembre de 2013) y su negocio fue una de las tantas víctimas. Llevándose todo lo recaudado.
Al poco tiempo de haber sufrido esto, su madre (quien era su pilar) enfermó gravemente de cáncer. Así fue como empezó a preocuparse más en la salud de ella sin dejar de lado su compromiso con su Fundación.
Juan Pablo nos contó que el día que debía empezar hacer los tatuajes en la cancha de Belgrano, había estado con su madre en el hospital diciéndole que no iba a ir a dicho evento por querer cuidarla, pero ella le insistía que fuera ya que estaba comprometido. Para dejarla tranquila salió del hospital pero se dirigió a su casa donde lo recibió su hijo mayor quien lo esperaba para ir a la cancha, y como a él no le puede decir que no ambos se dirigieron hacia el lugar.
Cuando ya estaba por empezar a tatuar, llegó su hermano diciéndole que alguien lo esperaba afuera; Juan -sin imaginarse quién era- salió afuera y se encontró con su madre que había salido del hospital solo para ver si Juan Pablo había cumplido con su palabra.

Lamentablemente a los pocos días su madre falleció, pero sabe que su madre se fue orgullosa de todo lo que había logrado ya que siempre que salía él en los diarios su madre con una sonrisa y con el pecho inflado les decía a las enfermeras y doctores que él era su hijo.
Sol Pérez está representando la Fundación en el reality show “Bailando por un sueño” de este año. Juan creía que ella era una cheta  (palabras textuales), que le caía mal, entre otras cosas. Pero cuando la conoció se dio cuenta que la había juzgado mal y que de verdad está comprometida con participar en esta Fundación.
Por: Sonia Donadio, Camila Oyola, Alex Pereyra y Guadalupe Salinas

 FELIZ  ADICTO  A  LA  VIDA
La llegada a la jornada en contra de la adicción de drogas nos pareció muy interesante. Sobre todo la multitud de distintos establecimientos educativos ya que imaginábamos ser los únicos presentes en esa mañana.
   Se presentaron figuras destacadas como Carolina “Chapita” Gutiérrez, Martin Llaryora, Juan Pablo Rodríguez, Paula Pareto, entre otros. Cada uno de ellos dio su opinión, prevención y consecuencias del uso de drogas.
La historia que más nos conmovió fue la del tatuador Juan Pablo Rodríguez que -a través de su carisma, sus emociones- nos contó y emocionó con gran parte de su historia de vida. Entre variadas anécdotas, contó que había sido adicto a la cocaína durante 20 años, posteriormente expresó cómo fue que empezó con su fundación y por último la muerte de su madre.
  De la entrevista, la parte que más nos atrajo cuando fue interrogado acerca de qué cosas extrañaba de su madre, fue algo emotivo que rápidamente enmudeció a toda la sala, donde todos acompañaron con aplausos y su mayor respeto.

    Finalmente, nos quedamos con una frase que relató este gran muchacho: “Todos los días los adictos van en busca de la muerte, mientras que los niños hospitalizados cada día pelean por la vida”.
  Grandes palabras de una persona que supo darse cuenta en el momento justo, que supo como luchar contra sus propias tentaciones, y que supo lo que es volver a vivir.
Juan Pablo Rodríguez: antes, un adicto a las drogas; hoy, un adicto a vivir felizmente la vida!!!
Por: Matias Amaranto y Enzo Sueldo

EJEMPLO DE SUPERACIÓN

Juan Pablo Rodríguez es un ejemplo de vida ya que su carisma y su historia nos conmovieron. Él dejó la droga por amor a su familia y lo logró. Nos contó que es muy triste o oscura la vida de un adicto, todo lo que hoy son sonrisas mañana se transforman en lágrimas. Nadie puede ayudar si no que hay una herramienta que se llama Fuerza De Voluntad.
Juan Pablo nos aseguró que el adicto fue, es y será para toda  la vida, solo que está en cada uno dejar de consumir o no. Su superación comenzó cuando supo que su hijo lo odiaba. Primero dejó su adicción y luego se acercó a su familia.

Pero no se conformó con eso, sino que fue por más haciendo que se sientan orgullosos de él: organizó un evento en el cual se donaban juguetes, y pronto se convirtió dicha organización en una fundación llamada “Tatuajes por una Sonrisa”, donde él realiza aún los tatuajes.
Aquel hombre que no se le veía un futuro reflejado, hoy es un héroe para muchas personas. Y nos dejó realmente impactados, porque nos demostró que con fuerza y voluntad se puede salir adelante y cumplir las metas que nos proponemos.

Integrantes: Matias Hortas, Lucia Lorenzentti, Martina Lovisi, Juan Roldan

 FUERZA DE VOLUNTAD
En nuestra opinión, la jornada fue muy emotiva. Tocó temas interesantes y nos sirvió para repensar ciertas cuestiones que pocas veces nos planteamos. Los entrevistados contaron sus historias y valores familiares y nos recordaron la importancia de quienes nos rodean a la hora de salir adelante y superarnos cada día.
La historia más impactante de todas, sin dudas, fue la de Juan Pablo Rodríguez, el fundador de "Un tatuaje por una Sonrisa", un movimiento solidario que propone que aquel que esté interesado en hacerse un tatuaje, pueda dejar su huella, pagándolo con un juguete, que va a ser entregado a un niño que se encuentre enfermo o internado para hacer de su transición hospitalaria un poco menos hostil.
Juan Pablo es drogodependiente, adicto a la cocaína. Debido a esta adicción, se perdió de vivir muchos momentos con sus hijos y su mujer: "Cuando mi hijo nació, yo estaba en la cancha, llegué mucho después de que naciera".

Al darse cuenta del daño que había provocado, tras leer notas de odio de su hijo en un cuaderno, reflexionó y quiso cambiar para ser un ejemplo de vida. "Después de que leí eso, me quedé despierto toda la noche y cuando mi mujer se acercó a preguntarme cuál era mi problema, le mostré cocaína que tenía en el bolsillo".
Fueron muchos meses para salir, mucho trabajo realizado, y algunos obstáculos que pudieron hacerlo caer, pero él nunca bajó los brazos.
En el proceso de cambiar para hacer este mundo mejor y sentirse bien consigo mismo, Juan Pablo sufrió la pérdida de todo lo que tenía recaudado para donar, sus máquinas para tatuar y muchas más cosas que guardaba en su local de ropa: fue saqueado en diciembre de 2013.
Cuando la entrevistadora le preguntó si esa situación podría haberlo tentado a consumir de nuevo, él respondió que es un adicto potencial y todos los días está tentado a volver a la droga, es una lucha constante, pero el amor por su familia y su voluntad de cambiar pesan mucho más.
Otra de las situaciones difíciles que ocurrieron en su vida cuando Pablo estaba trabajando en la fundación, fue el diagnóstico de cáncer a su madre y su posterior fallecimiento. Ella era una de las personas más importantes de su vida y lo alentaba constantemente a seguir con su sueño, a nunca rendirse.
Hoy en día, Juan Pablo es muy feliz junto a su familia y pudo contribuir con la sociedad para convertirse en un ejemplo de lucha, superación personal y de lo más importante para lograr todo lo que nos propongamos, la voluntad.
Su fundación, además de hacer felices a muchos niños argentinos, ayudó a salir de las drogas a adolescentes y jóvenes, siendo una luz para sus vidas y la oportunidad de un nuevo comienzo. 

El consumo de drogas empieza -en la mayoría de los casos- en la adolescencia. Es importante que se prevengan estas prácticas educando, ayudando y apoyándolos cuando se conoce que están en riesgo.
Muchos de ellos se inician en este mundo sin conocer las consecuencias que pueden acarrear para su futuro y cometen graves errores.
La droga no es divertida, no nos hace mejores.
Tarde o temprano termina degradándonos y afectando a todos los que nos rodean. No nos daña solo a nosotros, daña a toda nuestra familia y amigos, nos debilita, nos separa. La droga no es la solución a ningún problema.
 por: Valentín Caminos y Erika Caribaux

CON gran voluntad
Esta historia trata sobre Juan Pablo Rodríguez, un tatuador que vino a contarnos su historia sobre la adicción y cómo hasta el día de hoy intenta superarlo.
Juan Pablo comenzó siendo adicto desde que era muy chico en su adolescencia; relataba que era una adicción muy fuerte la que él tenía que era la cocaína, no le gusta que lo tomen de ejemplo. Unas palabras de lo que él dijo fue: "Ejemplo no somos nosotros los adictos, ejemplo son los niños con enfermedades y dificultades que siguen luchando. Nosotros no somos un ejemplo, nosotros decidimos hacernos daño".
Nos contaba sobre los problemas que le fue causando esto, principalmente con su familia: un día llegó a su casa y caminando por la habitación de su hijo encuentra su cuaderno donde tenía escrito: "Odio a mi papá". Esta persona expresó: "Ese día sentí mucho dolor y dije basta".
 Compartió sus problemas con su familia y les dijo que quería salir de esto, comenzó con su rehabilitación y está feliz porque actualmente organiza la campaña "Un tatuaje por una sonrisa" donde emprende viajes para llevar la ayuda que él recauda de las demás personas interesadas en colaborar. "Es algo que hago con la gente", expresó.
Hoy en día, Juan Pablo está muy contento con lo que hace y lo que aporta junto con su campaña para ayudar a la gente.
Por: Alejandro Aguilar, Paula Caribaux, Milagros Faenze y Fabrizio Pittari


UNA SONRISA POR UN TATUAJE
JUAN PABLO RODRÍGUEZ: Un hombre que era adicto a las drogas, llevaba 20 años consumiendo. Está casado, tiene 4 hijos y afirma que todos los días tiene ganas de drogarse y le cuesta mucho parar de pensar porque él ama drogarse pero ama mucho más a su familia.
En una nota de su hijo Valentín, encontró unos dibujos de toda su familia pero su papá (Juan Pablo) no se encontraba; después descubrió una nota que decía “Papá te odio” y fue como si su corazón se rompía al descubrir que su hijo no lo amaba porque tenía a un papá drogadicto. Se lo contó a su esposa, también que llevaba 10 años que era adicto a las drogas; pero se propuso cambiar para estar más cerca de sus hijos y de su esposa.

Hizo una campaña con Sol Pérez, en otro momento la criticaba pero ahora -cuando la conoció más- se siente arrepentido, y contó que le pidió perdón y ahora está haciendo una gira en toda la Argentina.
Actualmente, se siente mucho mejor porque su hijos lo aman y lo siguen mucho y tiene una ONG que ayuda a niños enfermos; como tatuador un día se le ocurrió la maravillosa idea de hacer un tatuaje por un juguete que luego cambió por la frase: “Un tatuaje por una sonrisa”.
 Un día tenía un evento con los hinchas de Belgrano y el mismo día del evento su madre estaba internada, Juan Pablo le dijo que no quería ir porque “quiero estar con vos”. Al llegar su hermano, le dijo que fuera y que él iba a cuidar de la madre.
Y ahí estaba Juan Pablo haciendo tatuajes para los que más necesitaban; al rato aparece su hermano a la cancha y llevaba su madre también en su camioneta. La alegría de este tatuador fue inmensa… 
Integrantes: Maximiliano Almada, Alexis Dellavedova, Lourdes Pereyra y Gustavo Zurita


 Agradecemos a la alumna Ana Paula Lescano (4º Año, turno mañana) por las tomas fotográficas antes, durante y posterior a esta jornada extráulica especial.






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