28 noviembre 2019

"Promo 2019" (7)


NO ES  EL FIN, ES EL PRINCIPIO
Mi recorrido por la escuela comenzó cuando tenía 13 años, en ese entonces no tenía ni la más mínima idea de como era un secundario, de su especialización y como se manejaba la institución. Mi mamá se encargó de anotarme solo porque le habían comentado que era buen colegio y además me quedaba cerca de casa (vivo a 15 cuadras).
En el año 2014 ingresé con miedo y digamos con vergüenza porque no conocía a nadie y era algo nuevo por conocer. Pero a medida que iba pasando los meses me adapté perfectamente e inclusive nunca tuve problemas con mis compañeros o con algún profesor. También ya  tenía mi grupo de amigos y con quien hacer trabajo en equipo.
Recuerdo que nunca me gustaba faltar al colegio, para mí un día sin escuela era como un día perdido. Es como algunos dicen… el colegio es la segunda casa de todos prácticamente ya que pasamos la mayor parte del día ahí y era necesario sentirse bien,  llevarse bien con tus compañeros y profesores.

Cuando llegué a 3r año, empecé a tomar conciencia de que sí quería quedarme y terminarlo ahí; también me gustaba su especialización “Comunicación”. Me acuerdo perfectamente que en 4to año con el  profe Rubén Formía (profesor de comunicación) realizamos una visita escolar  a “La Voz del Interior” . Después en 5to  año (por un trabajo que también nos hizo hacer el profesor) visitamos una radio e hicimos radio en el colegio, claro que con dificultad porque faltaban elementos pero aun así no paramos.
Entonces yo ya estaba fascinada porque me gustaba comunicación y no se me hacía fácil. Aparte de la Especialización y de las materias del colegio que me iban re bien; también me sentía bien con el colegio, levantarme a las mañanas y venir no era un problema mío, ya pertenecía a mi zona de comfort.
Algo que recalco de mí es que nunca el/la preceptora/e renegó por mi vestimenta o por mis faltas, me gustaba cumplir y ser responsable con mis deberes.
Mi primera impresión del cole fue su espacio, aun no me acostumbraba porque en mi anterior colegio de la primaria era mucho más grande que este, y ya en 3ro año éramos muchísimos alumnos en una aula pequeña y los ventiladores de algunos cursos no funcionaban pero, bueno, no me dejé llevar por la estructura del colegio sino, en el personal de cómo estaba compuesto el cole.
La directora Graciela Ibañez es muy buena y recta  para llevar el colegio adelante y eso es lo que necesita todas las escuelas, los preceptores como una vez dijo la diré, son la cara de los alumnos, por lo que siempre nos defendieron y apoyaron (siempre y cuando con justa razón).
Por último, los profesores que aunque a veces tenían un día distinto a nosotros nos bancaban y eso hay que resaltar de ellos, además de su enseñanza. Para destacar, es muy lindo el nivel del colegio, y sí lo recomendaría a quien me preguntara por el.

Quién diría que ya estoy en 6 año y este colegio a marcado mi adolescencia prácticamente , momentos no tan lindos como cuando llegaba tarde, cuando algún  que otro compañero no compartíamos mismos pensamientos y chocábamos, cuando el profesor  estaba de mal humor o nosotros mismos no nos aguantamos,  también cuando nos parecía injusta la nota de los profesores,  cuando era un día caluroso y el ventilador no funcionaba , entre otras cosas. Así como también momentos lindos ,  cuando recibía a fin de año el diploma por mejor promedio; en 4to año y 5to año pertenecí al Centro de Estudiantes (donde hicimos varias jornadas y salidas compartiendo junto ciclo básico y ciclo orientado); este año pertenecí al Concejo de Convivencia Escolar; y  lo mejor fue cuando me nombraron portadora de la bandera de Argentina , un orgullo enorme para mi poder portarla en nombre del colegio. Me encantaba salir en cada acto y cantar nuestro Himno Nacional Argentino. Estoy segura que voy a extrañar, todas las mañanas levantarme y entrar puntual, que la Diré o el Vice nos salude y que  empiece la mañana normal como siempre. Finaliza una etapa tan linda de mi vida; cierra un siglo que duró seis años de mucho esfuerzo, y voluntad.
Ahora -ya que estoy a un mes de egresar- solo queda dar las gracias a todas las personas que me ayudaron para poder terminarlo correctamente: a Graciela (Directora) por estar cuando la necesité, ayudarme y por cómo fue conmigo; a los preceptores (Elda y David)  por estar al tanto y cada año conmigo… Pero no dejemos atrás a los profes! Gracias por la enseñanza, conocimientos y aprendizajes de lo que yo hoy sé! Y por sobre todo gracias a mi familia!
He pasado todos mis años en este secundario del que guardo y guardaré muy buenos recuerdos de mis compañeros, y de todos los profesores!!. Sin duda alguna, me voy conforme y agradecida de este querido IPEM N° 153 Juan Martín De Pueyrredón!!

                                                                    Lucía Belén Lorenzetti

              Un Camino Que Va Llegando A Su Fin
Todavía recuerdo el día en que por primera vez asistí a este colegio, fue en primero, hace ya 6 años. Al principio no conocía a nadie más que dos compañeros que tuve en la primaria, pero pasaban los días e iba haciendo nuevas amistades.
La verdad que fue uno de los mejores años que pude pasar en la institución. Todavía era un niño y disfruté muchísimo los compañeros/amigos que hice en ese año, como lo eran: Matías Amaranto un gran amigo que gracias a Dios puedo seguir viendo y disfrutando con él en 6° Año; Maxi Infante, un ex compañero que nos acompañó hasta 3° año y lamentablemente se quedó en el camino; Julián Coffa que también ocurrió lo mismo y otros muchos compañeros que por suerte al día de hoy puedo compartir con ellos.
En esos días éramos muy alborotados y unidos; redactando este texto se me vienen muchísimos recuerdos hermosos vividos, como el “¿Profe: había tarea?”, las competencias de fútbol entre los distintos cursos, bromas, risas y muy buenos momentos de ese año.
Yendo un poco más adelante, en 3° Año, cuando los dos cursos de 2° se juntaban; la verdad que no me gustaba esa idea de que se junten los cursos porque sabía que iban a quedar chicxs que iban a tener que tomar otro camino, que era ir a la tarde o cambiarse de institución; además de que no tenía ganas de hacer nuevos compañeros pero fui cambiando de opinión a medida que transcurría el año.
Como en cualquier etapa en esta también podemos encontrar lindos recuerdos, como la mini despedida a nuestra directora, la cual iba ser operada y por eso con todo el curso decidimos juntar dinero y una compañera preparó una torta para festejar con ella sus últimos días hasta que vuelva a su cargo.

También hubo miles de macanas de las que nos salvaba David y Eldita, los mejores preceptores que tuve, en especial Elda: con ella compartí muchísimas cosas, fue una persona que me ayudó muchísimo en lo personal, emocional y un montón de cosas; siempre tuvo un consejo para darme, esos buenos días que te alegraban las mañanas y las perseguidas por todo el colegio para que me ponga el uniforme correspondiente…
En 4° y 5° fueron años que me tocó compartir curso con mi hermano, al comienzo no me gustaba la idea, me sentía incómodo de alguna manera pero luego me fui acostumbrando y hasta disfrutándolo. Cada mañana caminando con él hasta la parada del colectivo, el tiempo compartido en el curso y las salidas que la mayoría de las veces nos perdíamos por algún lado con otro amigo llamado Alexis Dellavedova...
La verdad, esos dos años los puedo considerar como los mejores a pesar de que hubieron muchísimos  problemas de por medio, tanto en lo escolar como familiar. En 5°, ya al final me dolió muchísimo que mi hermano no pudiera continuar siendo promo conmigo y el resto del curso… y pensé: “Qué loco” porque en 4° Año no quería tenerlo como compañero de curso y cuando ya no iba a estar más no quería que eso sucediera...
A pesar de eso, se puede decir que fueron unos muy buenos años que pude compartirlo con la persona que más quiero y se veía un curso demasiado unido en espera y con ansias de ser la gran promo 19.
Por último y para terminar, “el gran esperado 6° Año”: la verdad un año que siento que se echó a perder por diferentes razones, siento que se podría haber disfrutado muchísimo más porque con la energía que se sentía en 5° pareciera que íbamos a ser una promo muy buena. Pero se echó a perder con las diferencias entre los chicxs del curso.
A pesar de eso, me llevo muy lindos recuerdos del Juan Martín de Pueyrredón, un lugar en el que crecí muchísimo, donde viví experiencias inolvidables a lo largo de los años, muchas sonrisas y llantos entre amigxs y lo mejor: poder mirar con la cabeza alta porque a pesar de todas las dificultades que tuve en mi vida, no fui por otro camino y elegí este sendero.
 Alumno: Ignacio Seery.

Sexto año fue una aventura, en todo sentido…
Empecé el año con ciertas expectativas que, durante el tránsito, algunas se cumplieron y muchas otras, no. Un año difícil para mí ya que se me sumaron problemas personales que me terminaron afectando académicamente, y en ese punto es en donde no puedo reclamar nada por parte de la institución ya que comprendió mi situación y me brindo apoyo. Mis amigas que incondicionalmente siempre estuvieron cada vez que pudieron, me las llevo de recuerdo hasta el último día de mi vida y por supuesto que serán parte de mi otra gran aventura: la vida adulta.
Haciendo un breve resumen, sexto año fue como cualquier otro, la única excepción de este año, es que el próximo, no voy a volver a pisar la institución como alumna, sino como egresada. Estoy emocionada, pero más que todo estoy llena de incertidumbre.
¿Entonces por qué digo que sexto fue como cualquier otro si primero dije que fue una aventura? Todo se resume en que todo mi paso por la secundaria lo fue, emociones encontradas y quizás esperadas de una adolescente, materias a coloquio, a febrero, previas, materias aprobadas, profesores insoportables, profesores que son una masa, compañeros que dejan, compañeros que se quedan, compañeros que siguen, peleas con el A y el B, Turno mañana y Turno tarde, profesores contra alumnos, alumnos contra profesores.

Son todas cuestiones que suceden siempre pero que a cada persona le cambia para siempre, a mí la mayoría de ellas me hicieron madurar y aprender a mirar más la visión de la otra persona, el ser más empática y aún más solidaria. Asimismo hubo ciertos momentos en que sentí incomprensión por parte de profesores (todavía más en sexto), no lo siento como algo personal, lo veo como un sentimiento colectivo.
Recordando un poco más, antes no iba a hablar con otros grupos del curso, sociabilizar con los demás, porque no teníamos cosas en común (según yo). Este año, hablé con cada uno de mis compañeros, los conocí un poco más y me sorprendió como se puede coincidir y cómo los estereotipos pueden alejar.
Me voy, aprendiendo y conociendo más de los valores que de las mismas materias. Sí, tuve muchas decepciones este año, pero intento dar vuelta la historia y usarlo a mi favor, para aprender y crecer.
Me dieron oportunidades y herramientas que otro colegio no creo que me podría haber dado para afrontar mi vida después del secundario, siempre voy a estar eternamente agradecida, con el Programa Enlazar, con la directora y profesores por hacerme dar ese paso que quizás la Ana del pasado no se animaba.
Una de las cosas más importantes que siempre voy a recordar, es como un profesor me cambió la perspectiva con respecto a ciertas materias. Hoy, estoy convencida de qué voy a estudiar gracias a eso, y en un futuro espero seguir estudiando y ejercer la profesión de comunicadora.
No quiero destacar momentos negativos de mi paso por la secundaria, o mi experiencia siendo promoción porque -como dije en unas líneas antes- una de las cosas que más aprendí es transformar los malos momentos en aprendizajes, los uso para crecer como estudiante pero más que todo, como persona.
Por último, quiero decir que ya estoy lista para egresar, gracias al 153, gracias a mis compañeros, y gracias a mí.
Alumna: Ana Paula Lescano.

Un viaje para recordar
Hola, soy una estudiante del IPEM 153 Juan Martín de Pueyrredón y hoy les voy a contar un poco de cómo fueron estos seis años de colegio. Esta etapa llamada secundaria ha tenido de todo: momentos de risas, alegrías, tristezas, añoranzas, enfados e impotencia. Pero no debemos clasificar estos sentimientos en buenos o malos, positivos o negativos, ya que -a pesar de que algunos nos hagan sufrir- nos enseñan.
A lo largo de todo este tiempo he ido conociendo profesores que siempre estuvieron ahí motivando a mis compañeros y a mi a que podemos con todo lo que nos propongamos y que no por una o dos piedras en el camino tenemos que bajar los brazos.

Eso es algo que nos vamos a llevar todos, no niego que hubo discusiones y enojos con uno que otro por notas o temas en los que no estábamos de acuerdo pero puedo decir que todo lo que fui aprendiendo con ellos me va a servir bastante en la vida. Al igual que fui conociendo y dejando personas en el camino que son mi compañeros, cada uno de ellos dejó una marca en mi vida: ya sea para bien o para mal, me enseñaron muchísimo.

Llega un momento de la vida cuando te das cuenta que todo ha cambiado, aunque, en realidad, la que ha cambiado soy yo. Ya no soy la misma, soy completamente diferente. Me gusta otro tipo de cosas, me he vuelto más sociable, soy capaz de solucionar los problemas yo sola, y me doy cuenta de la verdadera definición de la palabra amigo, veo a mis compañeros que considero a algunos/as  hermanos/as y se me hace raro que ya estemos por terminar, que nos quede solo un mes y que ya no va a haber más un "Hasta mañana" y de solo pensarlo me agarra una nostalgia inexplicable.
Pero sé que me quedan mil experiencias más por vivir, y mil personas más por conocer. Toda una aventura que me hace dar cuenta de todo lo que he cambiado, de cómo mi vida “se ha transformado” en menos de seis años. Podría hasta decirse que soy una persona completamente distinta y que tengo muchas más herramientas para disfrutar de mi vida.
Nos vamos para ya no volver pero nos llevamos recuerdos que son para siempre.
Autora: Sol Jaime






"Promo 2019" (6)



  
                                             LA ÚLTIMA FUNCIÓN…
  La verdad no sé bien cómo empezar este texto, desde 4to año se ha dado una facilidad para redactar este tipo de notas. Pero éste es diferente ya que tengo que contar mi recorrido, anécdotas y experiencias  por mi colegio IPEM 153.
  Yendo al punto, empezaré a relatar desde un principio, desde 1er año. Para ser sincera, nunca pensé en venir a este establecimiento por el hecho de que me llamaba más la atención uno llamado Garzon Agulla que se encuentra cerca de este. Al no poder quedar anotada allí mi madre decidió anotarme aquí.
  El primer día en secundaria estaba muy nerviosa, siempre pensaba en que sería diferente a la primaria, esa y otras preguntas circulaban en mi cabeza por un carrusel. Mi madre al verme así me miró y me dijo: “Tranquila, las dos sabemos que te irá bien, aparte vos haces amigos en todos lados”. Al escuchar eso me quedé más tranquila pero no del todo.
  Tantos pensamientos y tantos nervios fueron en vano, ya en unas horas después hice mi primera amiga que -aunque las cosas del tiempo y las peleas tontas nos hayan separado- aún así la considero una gran chica.

  Esto de las amistades me pasó en casi todos los años, éramos chicas y no siempre tenemos las mismas ideas o gustos; al pasar eso las cosas no terminaban tan bien que digamos.
  Ahora pasemos a 3er año: recuerdo haberme quedado sin amistades porque mi única amiga se cambiaba de colegio por unos problemas con su actitud. Luego de unas semanas conseguí nuevas amistades que yo pensé que durarían para siempre pero no fue así, solo me quedaba mi amigo Gribbell que antes él me atraía pero solo lo dejamos como amigos… al fin y al cabo éramos mejores amigos.
  Ese mismo año mi mejor amigo se enamoró, hasta tuvo una novia por primera vez. Yo estaba feliz de verlos tan bien, él se lo merecía porque es un buen chico. Pero a veces algunos compañeros me preguntaban si yo estaba enojada porque antes gustaba de él y ahora tiene novia a lo que les respondía con un “no, es mi mejor amigo y me gusta verlo tan feliz”.
  En 4to año Gribbell se separó, lo vi llorar por primera vez por un corazón roto; ese día tenía muchísima rabia, no me gustaba verlo así, él siempre fue muy buen chico. Al rato fui razonable y pensé que tal vez no estaban destinados a estar juntos, no eran el uno para el otro.

  Desde ese día siempre nos protegimos mutuamente, tal vez creo que fue demasiado, siempre nos preguntaban si éramos novios a lo que respondíamos “no, qué asco,  somos como hermanos”.
  Ya en ese mismo año he notado que el curso se iba dividiendo en grupos que solo hablaban entre ellos los amigos de su grupo, ya no estaba todo el curso unido como antes, lo que trajo muchas rivalidades entre mis compañeros.
  Solo se unían para actividades que organizaba el colegio como jornadas u otros trabajos. Uno de esos trabajos fue para Geografía, teníamos una profesora muy exigente que nos hacía inmensos trabajos para entregar a veces en un día o dos. El último trabajo del año fue inmenso, demasiado largo, creo que fue el primer trabajo tan largo que nos han dado. Pero viendo un lado positivo al menos era en grupos de 5.
  El día antes de la entrega nadie había podido dormir, todos debían terminar su trabajo además de hacerlo prolijo y detallado como le gustaba a la profesora. A todos se los veía cansados con ojeras, incluyéndome. Tiempo después ese cansancio y esfuerzo dio frutos nos sacamos con mi grupo un 8.
  La mayoría de las veces mi curso no se llevaba bien, de vez en cuando muy rara vez se unían por algo; no obstante siempre que había un problema con el curso todos se unían para defenderlo, como pasó en 6to año que eso ya lo contaré más adelante.
  El año siguiente en 5to comenzaron las elecciones para el Centro Estudiantil de la secundaria, yo no estaba interesada ya que no me gusta participar mucho en esas cosas, además porque era demasiado trabajo qué hacer y no me darían los horarios pero aún así me eligieron para ser vicepresidenta de una de las dos listas que participaban.
  Todos los compañeros de mi grupo (incluyendo a los de 6to año) querían ganar, mientras tanto yo lo único que quería es que ganara el mejor, el que pueda hacer un gran trabajo. Al pasar las semanas después de tantas reuniones, trabajos y esfuerzos perdimos el día de las votaciones. Casi todos los miembros de mi lista querían ganar pero a mi no me importó si perdimos, porque la lista que ganó era la más capacitada para dirigir el centro estudiantil.
  Un año después pasé a 6to, aún no lo puedo creer cómo pasó volando el tiempo. En este ciclo se vio al curso más unido que años anteriores, ocurrieron algunos problemas lo que tal vez nos unió un poco más no diré que mucho porque no sería verdad: el curso siempre fue dividido.

  Este año encontré el amor, algo que nunca pensé tener en el colegio; siempre me decía que nunca iba a tener un novio en el colegio, sería incómodo. Al parecer me equivoqué, me enamoré de un chico genial llamado Miguel Piñero, no pasó por mi cabeza estar con él; antes nos llevábamos mal pero… ya vieron como es el amor.
  Así fue el mejor año de todos con alguien apoyándome siempre en todas, algo mutuo y muy lindo en mi opinión. Creo que cuando se enteraron en el curso que somos novios se sorprendieron algunas personas, por ejemplo mis tres mejores amigas: Guadalupe, Camila y Sabrina. A estas chicas las adoro por ser las mejores amigas que haya podido tener por estar siempre conmigo y nunca fallarme.
  Y aquí estoy luego de 6 años en mi colegio, tal vez algunos días o años no fueron los mejores, como dicen nada es perfecto en esta vida y de los errores se aprende; así fue como yo Lisbeth pasé 6 años de mi vida en un colegio bueno, con buenas amistades después de todo y 6 meses junto a un excelente chico que es mi novio.
  Tal vez no tengo mucho que contar en esta nota ni buenas anécdotas pero me llevo conmigo los mejores recuerdos además de los malos. Y a todos los chicos y chicas les digo: “Felicidades, lo logramos con esfuerzo; nunca dejen de ser como son tal, vez no somos muy unidos como curso pero son el mejor”.     Gracias por todo y acá se acaba la función.
 AUTORA: Lisbeth Gomez.

LLEGÓ EL FIN
El fin llegó, lamentable para algunos, alegremente para otros. Luego de seis años en este colegio puedo decir que me lamenta terminar la secundaria, he sido tan feliz, me he sentido tan cómodo ya sea con mis compañeros o profesores.
Todos han sido mayormente buenos conmigo, obviamente y que es casi imposible de no suceder que también he tenido malos momentos; cruces con compañeros por acciones las cuales no me agradaron, no coincidir en ciertos pensamientos, la comunicación agresiva de algunxs. Pero nada fue obstáculo para no terminar esta etapa con una relación buena literalmente con todos; he tenido cruces con profesores por exceso de autoridad, los cuales no han sido solucionados pero no le guardo rencor a ninguno, habrán tenido su razón para hacerlo.

Hablando de lo bueno y cosas que quedarán guardadas en mi corazón, quedarán todos los viajes y fiestas realizados con mis compañeros y amigos, quedará el Centro de Estudiantes que (por ciertas diferencias personales) me he alejado, pero nada de eso podrá sacar los bellos momentos que he vivido allí… de la conformación del centro, planificar el lugar de cada uno ocuparía, convencer a los chicos a participar, las instancias previas a las elecciones y todo lo que vino después fue mucho mejor, las salidas con  estudiantes de otros cursos, la organización de eventos, charlas.
Fui tan feliz siendo parte de ello, y a todo aquel que tenga la posibilidad de formar parte del centro, hágalo y tenga ante todo compromiso y alegría porque les digo que la van a pasar muy bien, van a conocer mucha gente y sobre todo van a aprender muchísimo.
También en mi quedará haber participado de C.L.A.N, el cual me brindó la posibilidad de realizar la fiesta del estudiante y participar de ella como animador. Ese día no saldrá nunca de mi memoria porque lo disfruté como ningún otro, además esta capacitación me aportó muchísimas cosas a lo personal.
Me quedará grabados en mi corazón y mente varios profesores que han sido fundamentales en mi vida, profes como Rodrigo García, el cual me mostró una mirada más abierta sobre el mundo, me aconsejó cómo realizar ciertas tareas y me dio la confianza para desarrollarme en su materia con libre expresión (que es fundamental). Además me aconseja sobre la facu y me consiguió los libros para el ingreso, un gran profesor!

Otro de mis grandes mentores en este colegio fue el profe Rubén Formía, que antes de ingresar a 4to año todos me decían que era el peor y realmente estaban equivocados y no porque este trabajo sea para él, pero el profe Formía ha sido la persona primordial para que yo hoy decida estudiar Comunicación Social. Me ha enseñado mucho sobre su profesión: cómo entrevistar, escribir notas, leer los medios, cómo conducir un programa de radio, sobre fotografía. También ha confiado en mí mucho más que el resto de los profesores. A pesar de graves errores cometidos en entrevistas con gente importante, me ha enseñado la manera de solucionarlos y además perfeccionar ciertas cualidades que tenía que mejorar y así fue, va eso creo.

Podría nombrar a muchos más profesores como la Directora Graciela Ibañez, el Vice Godoy, profes como Analía Brunori, Alejandra Lucero, Mauro Cambronero y muchos otros más que han sido claves en mi desarrollo como estudiante.
Quedarán en mi memoria las travesuras y los momentos felices con mis amigos en el colegio, los cuales fueron esenciales para que tenga ganas de ir al mismo todos los días del año, los cuales he disfrutado y con los que también me he enojado pero nada de eso podrá cambiar lo mucho que los amo.
Todo ciclo termina y este está en el fin del recorrido. Ahora se abre otro ciclo nuevo: ser adultos, trabajar y estudiar la carrera que elijamos. Espero a futuro seguir viendo las mismas caras que conocí en este hermoso colegio y principalmente ver a mis compañeros y amigos… porque “La “19” siempre quedará grabada en mi corazón, gracias por tanto.
Autor: Juan Roldán.

Comienza la cuenta regresiva.
Para quienes vayan a leer este texto, les voy a contar sobre mi querida "Promo 2019" y mi paso en este colegio.
Tal vez para muchos hoy es un día como cualquier otro, pero para mí, una futura egresada, es uno de esos días donde todos los recuerdos invaden mi mente uno tras uno, de los momentos buenos y los no tan buenos que pasé en la escuela secundaria y principalmente en el Juan Martín de Pueyrredón.
En mi cabeza solo se repiten las palabras "llegué a sexto año"...El sueño que tenía todas las noches ya está llegando a su fin, pero que va a tener el mejor final que cualquier otro.
Recuerdo todavía el día en que llegué a esta ciudad tan hermosa que es Córdoba, creyendo que iba a ser un mundo nuevo al que no iba a poder acostumbrarme nunca, y aunque mi creencia no era del todo errada lo pude lograr, convirtiendo de esta ciudad un mundo nuevo. Mi mundo.

Y este comienza con el primer día de orientación en el secundario, en "primerito" como algunos suelen decir, llegando tarde a clases. Los nervios que tenía eran incontrolables, aunque el resto del día no estuvo tan mal como lo pensaba...
El resto del año tuvo sus pros y sus contras, no fue perfecto, tuve algunos problemas a nivel personal y escolar a los cuales siempre intenté afrontarlos de la mejor manera posible. Hasta que el último día de clases tomé una decisión de la cual no estaba segura y que tampoco fue la primera opción que consideré, pero que definitivamente no me arrepiento de haberla elegido; esa fue cambiarme de escuela… Así es como llegué al IPEM N° 153.
Mi querido Pueyrredón, qué lindo colegio para empezar de nuevo, donde cada día es una aventura nueva, donde no existen las diferencias entre uno y otro, donde cada profesor/a, preceptor/a, secretaria y todo el personal que lo conforma te hace sentir como en casa. Porque eso es lo que es, este colegio es un segundo hogar para muchos que asisten acá, incluyéndome.
Esta escuela me ha dado mucho de lo cual no me alcanza solamente un texto para agradecer, porque me dio contención, me dio apoyo, me hizo crecer a nivel personal y académico, me hizo creer en mí misma de nuevo. Pero lo que más valoro es que me dio amistades y personas que voy a llevar por siempre en mi corazón, y sin dudas me dio a la mejor promoción.
Mi querida 20-19: ¿qué puedo decir de ellos? Tal vez no tenga confianza con todos o no me hable tanto, no me junte, pero desde que ingresé hace 5 años en segundo año (un curso que ya venía conformado) me aceptaron muy bien y yo me sentí muy aceptada, a pesar de ser bastante tímida y callada, de lo cual hasta el día de hoy soy un poco así; pero de eso me di cuenta el día que me eligieron subdelegada del curso, un cargo que no sabía cómo llevar adelante pero que me ayudaron a entenderlo.
Así fue como pasaron los años, en tercero se unieron ambos segundos "A" y "B", recuerdo la lucha que fue acostumbrarnos porque no todos nos conocíamos, cada uno tenía su grupito y nos costaba entendernos entre todos pero a pesar de eso, llegamos a sexto año, con peleas, con compañeros que se quedaron en el camino, que ya no están en este colegio o los que llegaron este año, con viajes, con convivencias para aprender a convivir juntos a pesar de todas las diferencias.
Y lo logramos, cada vez fuimos uniéndonos más a pesar de que escuchemos lo contrario por los pasillos. ¡Hicimos la fiesta de la primavera! Un momento en el que todo el curso quería participar y -aunque los encargados solo fuimos 11- todos de alguna forma aportaron con ideas o bien poniendo toda la voluntad para que nuestra última fiesta sea la mejor para nosotros.
Así que a ellos no tengo más que agradecerles por hacer de cada día uno diferente, hacerlo mejor que el anterior y a mis amigos les debo todo sin dudas.
No puedo decir que este fue el mejor año del secundario pero sí va a ser el que más disfruté y el que más voy a recordar cuando el día de mañana esté en la facultad comenzando todo de nuevo y recordando, deseando volver a estar en estas aulas, en estos pasillos, en el patio, en el SUM.
Todo lo que me brindaron estos 5 años los voy a implementar en un futuro, en la facu, en el trabajo, en todo lado donde me sea posible. Así que a todos solo me queda decirles gracias y deseo de todo corazón que esta institución siga creciendo día a día porque como ésta no se va a volver encontrar en ningún lado.
Salinas Guadalupe.




La última embarcación.

Ya pasaron 6 años que me subí a este barco sin saber a dónde me llevaría, a quién conocería, quién serían mis compañeros de altamar… lo único que sabía es que donde fuera siempre encontraría nuevos retos y amistades.
Cuando entré por primera vez por las puertas del colegio: Juan Martín de Pueyrredón mis sueños solo eran poder terminar la secundaria y conocer a verdaderos amigos, pero venía con muchos problemas y con todos los miedos, nervios y preguntas sobre cómo me iba a ir, si me iba a poder adaptar a mis compañeros, cómo eran ellos, y si me iban a recibir a mi con todos mis defectos.
Los miedos me invadían ya que había recibido todas cosas negativas sobre el cole, como: “es un cole de negros", “viven fumando al frente de los profes", lo cual me acondicionó para tener una mala mirada del colegio.

Pero todo eso cambió cuando tuve por primera vez mi clase, donde conocí a mis compañeros, esos que me marcarían para toda la vida, los que con un simple “tenés que ir por otro lado” me enseñaron muchas cosas. Como también la relación con los profesores, directivos y preceptoras me ayudaron en un montón de cosas, esas largas charlas con cada uno de ellos tratando de aconsejarme y explicarme cómo era el mundo.
Si tendría que definir con una sola palabra al colegio la mía sería “hogar”. En estos 6 años aprendí amar a este colegio y disfrutar cada momento que pasaba y de a poco el Juan Martín de Pueyrredón se convirtió en mi casa, con todos los defectos que tiene.
Y qué decir de mis compañeros, es un lujo haber compartido estos 6 años con ellos, la verdad no siempre fue “color de rosas”, no siempre nos llevamos bien pero así mismo aprendimos con el tiempo a aceptar las diferencias que tenemos entre nosotros. Esas cosas que los hace únicos a cada uno de ellos, con cada uno aprendí un millón de cosas que siempre voy atesorar en mi corazón. Gracias a todos por aceptarme, compartir muchas experiencias de vida, por confiar en mi cuando tuvieron problemas. Solo me queda agradecerles ya que muchos de ustedes estuvieron en momentos muy importantes de mi vida.

El sueño más esperado para nosotros “La Promoción” (la 2019) algo que veníamos soñando desde 2017: armando, preparando, organizando todo para que “La 19” pudiera sobresalir de todas las promociones que habían pasado. Fue para mi la mejor que pasó por este colegio a pesar de los problemas que tuvimos.
Tengo que agradecer mucho a este colegio “mi casa” por todo lo que me dio: logros, metas alcanzas, amistades, noviazgos, experiencias, consejos, etc. Me regaló muchas cosas, aunque tengo que mencionar que este año esperé muchas cosas más para alcanzar a nivel institucional pero por problemas que fueron pasando con maestros, preceptoras, directivos esto hizo que lamentablemente fuera mi peor año, pero me enseñaron algo muy valioso: “Siempre quédate con lo bueno y no lo malo”.
    Gracias por todo Juan Martín de Pueyrredón!!
                              Autor: Carlos Sedano.

27 noviembre 2019

"Promo 2019" (5)



FIN DE LA TRAVESÍA

Es el fin de esta gran travesía, la espiración de este “Sufrimiento” para algunos y “Felicidad” para otros, este es el final. Tuve muchísima experiencia en diferentes colegios privados, pero por una vuelta de la vida terminé en uno público y no tengo palabras para agradecer este
cambio.
Este lugar me llenó de valores, me abrió la cabeza para demasiados temas y me llenó de empatía por los demás; la mayoría de los alumnos que fueron a privados (incluyéndome) tiene un pensamiento atroz por los colegios públicos, pensamientos denigrantes, refiriéndose a los colegios públicos como hogar de los “Negros” …pero NO.
El colegio público es lo mejor que me pasó, y no lo digo porque quiera quedar bien, realmente es lo mejor. En esta gran etapa aprendí tantas cosas, tantas experiencias, conocí amistades hermosas que me ayudaron y me acompañaron en este viaje del secundario. También tuve enemistades las cuales no eran de mucha importancia; pero no solo conocí a nuevas compañeros, sino que también a grandes profesores, docentes los cuales me ayudaron y me enseñaron grandes cosas, como López que me dio una gran mano para entrar a la Facultad de Ingeniería, el profe García Lucero que me ayudó a decidir por mi futura carrera y, por supuesto, el profe Formía que a pesar de que no me gustaba la comunicación, el la enseñó de una forma que te terminaba enganchando: la radio, los cortos, las películas, las salidas didácticas son grandes experiencias que siempre van a quedar guardadas en mí.
Solo espero que esas personas de los colegios privados prueben ir a una institución pública, no se van a arrepentir!
Y con esto, es hora de dar el gran paso hacia la facultad…

Alumno: Matias Hortas.

Nunca me había sentido tan bien”

Me presento: mi nombre es Sofia Belén Valverdi, soy estudiante del I.P.E.M.  Nº 153 Juan Martín de Pueyrredón. Vengo a contarles mi vivencia en estos años en el colegio.
Yo ingresé al establecimiento en el 2018, entré a cursar 5º año y no conocía a nadie, me consideraba una persona no dada, demasiado cerrada diría yo. Mi primera impresión y pensamiento del primer día de clases de los estudiantes y profesores fue que no me agradaba para nada o “va a ser horrible este año”.
Bueno, básicamente fue un pensamiento en donde pasando los días se revirtió, me di cuenta que llegué a juzgar por las apariencias y me terminé sorprendiendo. En mi trayecto educativo en la secundaria he pasado por 4 colegios  (2 privados y 2 públicos); este era el segundo colegio público que asistía.
Fueron pasando los días y empecé a hacer amistades (en realidad mis compañeros de curso me incluyeron), empecé a conocer a los profesores y realmente me sorprendí de lo equivocada que estaba. Diferenciando con otros colegios, nunca me había sentido tan bien en un grupo de compañeros en donde eran muy unidos.

Obvio que había diferencias pero trataban de no hacer desigualdad, empecé a conocerlos mejor en la medida de hacer trabajos grupales y actividades del colegio. Realmente me choqué con tremendos compañeros, su solidaridad y buen trato. No lo he visto en los otros colegios de parte de los estudiantes.
Apenas ingresé, creo que al mes tuve un conflicto con unas compañeras en donde hubo violencia de las dos partes (mía y de ellas). Por esta situación me llevaron preceptoría y nuestra preceptora (que en ese momento era Elda) nos habló civilizadamente y trató de resolver el conflicto.  Las peleas que tuve con el grupo de compañeras había sido solo por malos entendidos y esa intervención de nuestra preceptora ayudó un montón en el sentido que pudimos reconocer que nos equivocamos, nos pedimos disculpas y nos ayudaron a poder seguir sin llevarse mal.

Claramente todos somos diferentes y en nosotros está ser mejor persona y aceptarnos tal cual somos. Ese conflicto me hizo reconocer un montón de cosas y realmente quedé muy satisfecha con el trato de mi preceptora y de los profesores que intervinieron.
Bueno, así con un conflicto comencé el año pero fue positivo en el sentido que pude desenvolverme con todo el curso, hablarme con todos mis compañeros a pesar de las diferencias. No había motivo por el cual llevarme mal.
De los profesores que tuve no me puedo quejar, siempre muy atentos, participé en muchas actividades, como por ejemplo: el día de la primavera, la fiesta de Educación Física y en varios actos bailando o ayudando con la decoración.
Puedo decir que fue un tremendo año; en mis otros colegios no había tenido un grupo de compañeros como el que tuve, terminé el año demasiado bien sin llevarme ninguna materia y aspirando a comenzar el último año de secundaria.
Bueno, ahora estoy en 6 año, tenía demasiadas expectativas a principio de año, en este 2019 hice nuevas amigas en el curso. Considero que es algo demasiado bueno que me deja el secundario: mis amistades. Como dije, tenía muchas expectativas de disfrutar al máximo sexto por la razón de que es el último año, es donde se acaba una etapa de mi vida y quería terminar bien esta etapa.
Pero sinceramente este año no sé qué pasó, no disfruté como hubiera querido; el último año creo que se pasó muy rápido y fue muy sencillo a comparación del año pasado. Eso sí, hicimos salidas escolares que disfrutamos muchísimo al ser las ultimas.

Un grupo de compañeros organizó la fiesta del estudiante dando lo mejor por ser el último año para nosotros, y sí, fue muy buena en donde todo sexto participó y lo disfrutó al máximo. También le pusimos todas las ganas a la última fiesta de Educación Física y creemos que en el baile que hicimos dimos todo y fue muy bueno Y también lo disfruté.
Pasan los días y se va terminando, se va acabando ese último año. Considero que podría haber sido mejor; muchos compañeros tratamos de enfocarnos más en el estudio por el tema de la facultad. A varios nos toca rendir ingreso para hacer la carrera que decidimos seguir y muchos trabajamos. Y además por nuestras responsabilidades, nos olvidamos de disfrutar nuestro último año.
No tengo quejas del colegio en general, considero sin mentir que fue uno de los mejores colegios que asistí, en donde me sentí y me siento demasiado bien y satisfecha con las enseñanzas educativas y la formación como personas.
Sofia  Valverdi

¿Cómo fue este camino?
Honestamente, parte de lo que soy como persona lo aprendí a lo largo de estos SEIS AÑOS acá junto con mis compañerxs y amigxs, donde pasamos momentos de frustración y calma, tristezas y alegrías, llantos y risas, discusiones y peleas, amistades y enemistades, quejarnos del mal olor en el curso o del 2 que nos sacamos en esa materia por no estudiar, alterarnos al enterarse de que ese mismo día teníamos tarea y no la hicimos, una prueba de la que nos olvidamos de estudiar o de que se nos olvidó que había exposición para una materia.
Estos momentos que quizás no los volveremos a repetir en nuestra vida, ahora toca que cada unx siga un camino diferente a lxs demás. Algunxs seguirán viéndose por un largo tiempo, otrxs serán un misterio de que habrá de su vida y cómo le habrá ido con la carrera que tanto quería estudiar en la facultad.

Quizás haya reencuentros, caminos que se volverán a conectar y recordarán los momentos que estuvimxs juntxs en un curso, haciendo ruido sin dejar hablar a los profesores o siquiera escucharnos mutuamente, deseando que se termine rápido el día para ir a nuestras casas a comer o dormir la siesta, esperar al otro día para contarle a nuestrx amigx el problema que hubo en casa o de lo que hice el fin de semana.

Recordaremos cómo era ese profe de esa materia y que nos llegó a costar sacar una buena nota para no llevarnos su materia; quizás también habrá un punto en nuestras vidas que diremos “¿Por qué no presté atención de ese profe?” “Esto que me enseño ese profe me sirvió mucho” o también “Cómo cambié desde que salí del colegio”.
Algunxs extrañarán más que otrxs la etapa del secundario, o también se alegrarán de haberlo terminado. Personalmente, pensaba que no iba a extrañar para NADA el secundario y de lo que me costó finalizarlo solo para mostrarle a la gente que pude terminarlo.
Pero, al hacer este trabajo, me di cuenta de que voy a extrañar esta época en la que conocí mucha gente y compartí distintas cosas con ellxs (cómo fueron los resúmenes, la tarea, trabajos prácticos, etc.). Quién diría que extrañaré a esxs payasitxs del curso que nos hacían reír, que por culpa de uno nos “jodíamos” todos.
El quilombo que era el tema de la plata para una salida, cuando a alguien se le perdía el celular, los auriculares, la cartuchera o la mochila; cuando Elda o Roxana nos retaban por tener el pelo suelto o no traer el uniforme del colegio, organizar una juntada con todxs lxs chicxs del curso para divertirnos y pasarla bien juntxs. Las fiestas especiales para nosotrxs (como la fiesta de primavera) que extrañaré a los profes que dejaron una enseñanza en mi vida y formaron parte de las ideas del curso llegando a un objetivo en común.
Admito que no aproveché al máximo esta etapa para aprender más cosas, pero si aproveché lo que pude el último tiempo que pude para estar con gente que quizás no vuelva a ver en la vida. Extrañaré al IPEM Nº 153 Juan Martín de Pueyrredón y ser parte de su cuerpo estudiantil.
Natalia Peralta


NUESTRO GRAN ÚLTIMO

Yo comencé desde primer año en la institución Juan Martín de Pueyrredón, con tan solo 11 años de edad. Una experiencia inolvidable, eran increíbles los nervios que tenía, por suerte fui acompañada de mi mamá. Nos hicieron formar en dos filas, nos dividían por primero “A" y primero “B", yo fui seleccionada para el “A".
Yo era de adaptarme rápido, pero ese día me costó, al fin y al cabo terminé consiguiendo una “amiga", una “amiga" que a los meses se cambió a otro colegio. De igual manera iba buscando la forma de integrarme a grupos de compañerxs.
Fui experimentando de a poco lo que se sentía ser parte de la secundaria, era totalmente extraño porque pasábamos siendo los más grandes en la primaria y en la secundaria éramos los más chicos. Y te sentías totalmente inofensivo; se volvió un poco complicado la adaptación a materias nuevas, por lo cual termine llevándome 4 materias ese mismo año.

Segundo año, donde ya te sentías un poquito más grande, más desarrollado, empezaba la época donde cada cosa que hacías era para tratar de ser integrado, de todas formas no dejó de ser un mal año. Ya había formado mi grupo de compañerxs , el cual me duró ese mismo año, pero me ayudó mucho a conllevar el año escolar.
Tercer año, ese año fue uno de los mejores, dejó de dividirse por “A" y por “B", y comenzamos a ser un gran grupo de compañerxs, un año en el cual fue muy revelador, lo más lindo de aquel año fue haber conocido a mis actuales amigas.
Cuarto año, el clásico año en donde ya te sentís madura (aunque ninguno realmente lo era) pero esa era la parte graciosa, el año en donde pensabas que todavía te faltaban dos años para entrar a sexto, pensando que iba a ser una eternidad… Qué ilusos!!
Quinto año, ay papá! el gran quinto año manija, en el cual lo único que pensabas era estar en sexto, donde comenzó la gran discusión de la ropa de la promoción. Fue el año más lindo de toda mi secundaria, aquel año en el cual seguías siendo inocente, sin asumir que el próximo año íbamos a tener que convertirnos totalmente en personas responsables. Fue verdaderamente un año hermoso, tuvimos una linda primavera, una fiesta de Educación Física increíble.

Y el gran esperadísimo sexto año… ay sexto, ay sexto!!! Qué ilusa que era al pensar que iba a ser pura joda, qué ilusa!! El año en el cual se nos incorporó la nueva reforma, nos costó adaptarnos como chicos de primer año. Nos dejaste mucho que desear sexto, mucha desorganización, mucha falta de interés, y si sigo no termino más!!
Fue aquel año que esperabas todo de lo mejor pero por distintas razones no lo fue, igual no deja de ser un mal año, es donde caes que no era joda, eso que te decían que te tenías que volverte una persona responsable, y tener pensado qué iba a ser de vos después de la secundaria.
No deja de ser un mal año porque de acá me llevo a aquellas hermosas amigas que fui conociendo a lo largo de estos seis años y a aquellos profesores que te hacían dar placer ir al colegio a estudiar su materia… Y no deja de ser un mal año porque es donde reaccionas que todo ya acaba y te pones a pensar que aquellos recreos iban a ser los últimos, que aquellos almuerzos con tus amigxs también iban a serlo. Ahí es donde recapacitas que fue un buen año, por todo aquello que te llevas de el.

Alumna: Milagros Abril Oyola