FIN DE LA TRAVESÍA
Es el fin de esta gran travesía, la espiración de este “Sufrimiento”
para algunos y “Felicidad” para otros, este es el final. Tuve muchísima
experiencia en diferentes colegios privados, pero por una vuelta de la vida
terminé en uno público y no tengo palabras para agradecer este
cambio.
Este lugar me llenó de valores, me abrió la cabeza para demasiados temas
y me llenó de empatía por los demás; la mayoría de los alumnos que fueron a
privados (incluyéndome) tiene un pensamiento atroz por los colegios públicos,
pensamientos denigrantes, refiriéndose a los colegios públicos como hogar de
los “Negros” …pero NO.
El colegio público es lo mejor que me pasó, y no lo digo porque quiera
quedar bien, realmente es lo mejor. En esta gran etapa aprendí tantas cosas,
tantas experiencias, conocí amistades hermosas que me ayudaron y me acompañaron
en este viaje del secundario. También tuve enemistades las cuales no eran de
mucha importancia; pero no solo conocí a nuevas compañeros, sino que también a
grandes profesores, docentes los cuales me ayudaron y me enseñaron grandes
cosas, como López que me dio una gran mano para entrar a la Facultad de
Ingeniería, el profe García Lucero que me ayudó a decidir por mi futura carrera
y, por supuesto, el profe Formía que a pesar de que no me gustaba la comunicación,
el la enseñó de una forma que te terminaba enganchando: la radio, los cortos,
las películas, las salidas didácticas son grandes experiencias que siempre van
a quedar guardadas en mí.
Solo espero que esas personas de los colegios privados prueben ir a una
institución pública, no se van a arrepentir!
Y con esto, es hora de dar el gran paso hacia la facultad…
Alumno: Matias
Hortas.
“Nunca me había sentido tan bien”
Me presento: mi nombre es Sofia Belén
Valverdi, soy estudiante del I.P.E.M. Nº
153 Juan Martín de Pueyrredón. Vengo a contarles mi vivencia en estos años en
el colegio.
Yo ingresé al establecimiento en el 2018,
entré a cursar 5º año y no conocía a nadie, me consideraba una persona no dada,
demasiado cerrada diría yo. Mi primera impresión y pensamiento del primer día
de clases de los estudiantes y profesores fue que no me agradaba para nada o “va
a ser horrible este año”.
Bueno, básicamente fue un pensamiento en
donde pasando los días se revirtió, me di cuenta que llegué a juzgar por las
apariencias y me terminé sorprendiendo. En mi trayecto educativo en la
secundaria he pasado por 4 colegios (2
privados y 2 públicos); este era el segundo colegio público que asistía.
Fueron pasando los días y empecé a hacer
amistades (en realidad mis compañeros de curso me incluyeron), empecé a conocer
a los profesores y realmente me sorprendí de lo equivocada que estaba. Diferenciando
con otros colegios, nunca me había sentido tan bien en un grupo de compañeros
en donde eran muy unidos.
Obvio que había diferencias pero
trataban de no hacer desigualdad, empecé a conocerlos mejor en la medida de
hacer trabajos grupales y actividades del colegio. Realmente me choqué con
tremendos compañeros, su solidaridad y buen trato. No lo he visto en los otros
colegios de parte de los estudiantes.
Apenas ingresé, creo que al mes tuve un
conflicto con unas compañeras en donde hubo violencia de las dos partes (mía y
de ellas). Por esta situación me llevaron preceptoría y nuestra preceptora (que
en ese momento era Elda) nos habló civilizadamente y trató de resolver el
conflicto. Las peleas que tuve con el
grupo de compañeras había sido solo por malos entendidos y esa intervención de
nuestra preceptora ayudó un montón en el sentido que pudimos reconocer que nos
equivocamos, nos pedimos disculpas y nos ayudaron a poder seguir sin llevarse
mal.
Claramente todos somos diferentes y en
nosotros está ser mejor persona y aceptarnos tal cual somos. Ese conflicto me
hizo reconocer un montón de cosas y realmente quedé muy satisfecha con el trato
de mi preceptora y de los profesores que intervinieron.
Bueno, así con un conflicto comencé el
año pero fue positivo en el sentido que pude desenvolverme con todo el curso,
hablarme con todos mis compañeros a pesar de las diferencias. No había motivo
por el cual llevarme mal.
De los profesores que tuve no me puedo
quejar, siempre muy atentos, participé en muchas actividades, como por ejemplo:
el día de la primavera, la fiesta de Educación Física y en varios actos
bailando o ayudando con la decoración.
Puedo decir que fue un tremendo año; en
mis otros colegios no había tenido un grupo de compañeros como el que tuve,
terminé el año demasiado bien sin llevarme ninguna materia y aspirando a
comenzar el último año de secundaria.
Bueno, ahora estoy en 6 año, tenía
demasiadas expectativas a principio de año, en este 2019 hice nuevas amigas en
el curso. Considero que es algo demasiado bueno que me deja el secundario: mis
amistades. Como dije, tenía muchas expectativas de disfrutar al máximo sexto
por la razón de que es el último año, es donde se acaba una etapa de mi vida y
quería terminar bien esta etapa.
Pero sinceramente este año no sé qué pasó,
no disfruté como hubiera querido; el último año creo que se pasó muy rápido y
fue muy sencillo a comparación del año pasado. Eso sí, hicimos salidas
escolares que disfrutamos muchísimo al ser las ultimas.
Un grupo de compañeros organizó la
fiesta del estudiante dando lo mejor por ser el último año para nosotros, y sí,
fue muy buena en donde todo sexto participó y lo disfrutó al máximo. También le
pusimos todas las ganas a la última fiesta de Educación Física y creemos que en
el baile que hicimos dimos todo y fue muy bueno Y también lo disfruté.
Pasan los días y se va terminando, se va
acabando ese último año. Considero que podría haber sido mejor; muchos
compañeros tratamos de enfocarnos más en el estudio por el tema de la facultad.
A varios nos toca rendir ingreso para hacer la carrera que decidimos seguir y muchos
trabajamos. Y además por nuestras responsabilidades, nos olvidamos de disfrutar
nuestro último año.
No tengo quejas del colegio en general,
considero sin mentir que fue uno de los mejores colegios que asistí, en donde
me sentí y me siento demasiado bien y satisfecha con las enseñanzas educativas
y la formación como personas.
Sofia Valverdi
¿Cómo
fue este camino?
Honestamente,
parte de lo que soy como persona lo aprendí a lo largo de estos SEIS AÑOS acá
junto con mis compañerxs y amigxs, donde pasamos momentos de frustración y
calma, tristezas y alegrías, llantos y risas, discusiones y peleas, amistades y
enemistades, quejarnos del mal olor en el curso o del 2 que nos sacamos en esa
materia por no estudiar, alterarnos al enterarse de que ese mismo día teníamos
tarea y no la hicimos, una prueba de la que nos olvidamos de estudiar o de que
se nos olvidó que había exposición para una materia.
Estos momentos
que quizás no los volveremos a repetir en nuestra vida, ahora toca que cada unx
siga un camino diferente a lxs demás. Algunxs seguirán viéndose por un largo tiempo,
otrxs serán un misterio de que habrá de su vida y cómo le habrá ido con la
carrera que tanto quería estudiar en la facultad.
Quizás haya
reencuentros, caminos que se volverán a conectar y recordarán los momentos que
estuvimxs juntxs en un curso, haciendo ruido sin dejar hablar a los profesores
o siquiera escucharnos mutuamente, deseando que se termine rápido el día para
ir a nuestras casas a comer o dormir la siesta, esperar al otro día para
contarle a nuestrx amigx el problema que hubo en casa o de lo que hice el fin
de semana.
Recordaremos
cómo era ese profe de esa materia y que nos llegó a costar sacar una buena nota
para no llevarnos su materia; quizás también habrá un punto en nuestras vidas
que diremos “¿Por qué no presté atención de ese profe?” “Esto que me
enseño ese profe me sirvió mucho” o también “Cómo cambié desde que salí
del colegio”.
Algunxs
extrañarán más que otrxs la etapa del secundario, o también se alegrarán de
haberlo terminado. Personalmente, pensaba que no iba a extrañar para NADA el
secundario y de lo que me costó finalizarlo solo para mostrarle a la gente que
pude terminarlo.
Pero,
al hacer este trabajo, me di cuenta de que voy a extrañar esta época en la que conocí
mucha gente y compartí distintas cosas con ellxs (cómo fueron los resúmenes, la
tarea, trabajos prácticos, etc.). Quién diría que extrañaré a esxs payasitxs
del curso que nos hacían reír, que por culpa de uno nos “jodíamos” todos.
El
quilombo que era el tema de la plata para una salida, cuando a alguien se le
perdía el celular, los auriculares, la cartuchera o la mochila; cuando Elda o
Roxana nos retaban por tener el pelo suelto o no traer el uniforme del colegio,
organizar una juntada con todxs lxs chicxs del curso para divertirnos y pasarla
bien juntxs. Las fiestas especiales para nosotrxs (como la fiesta de primavera)
que extrañaré a los profes que dejaron una enseñanza en mi vida y formaron
parte de las ideas del curso llegando a un objetivo en común.
Admito
que no aproveché al máximo esta etapa para aprender más cosas, pero si aproveché
lo que pude el último tiempo que pude para estar con gente que quizás no vuelva
a ver en la vida. Extrañaré al IPEM Nº 153 Juan Martín de Pueyrredón y ser
parte de su cuerpo estudiantil.
Natalia Peralta
NUESTRO GRAN ÚLTIMO
Yo comencé desde primer año en la
institución Juan Martín de Pueyrredón, con tan solo 11 años de edad. Una
experiencia inolvidable, eran increíbles los nervios que tenía, por suerte fui
acompañada de mi mamá. Nos hicieron formar en dos filas, nos dividían por primero
“A" y primero “B", yo fui seleccionada para el “A".
Yo era de adaptarme rápido, pero ese día me
costó, al fin y al cabo terminé consiguiendo una “amiga", una “amiga"
que a los meses se cambió a otro colegio. De igual manera iba buscando la forma
de integrarme a grupos de compañerxs.
Fui experimentando de a poco lo que se
sentía ser parte de la secundaria, era totalmente extraño porque pasábamos
siendo los más grandes en la primaria y en la secundaria éramos los más chicos.
Y te sentías totalmente inofensivo; se volvió un poco complicado la adaptación
a materias nuevas, por lo cual termine llevándome 4 materias ese mismo año.
Segundo año, donde ya te sentías un poquito
más grande, más desarrollado, empezaba la época donde cada cosa que hacías era
para tratar de ser integrado, de todas formas no dejó de ser un mal año. Ya
había formado mi grupo de compañerxs , el cual me duró ese mismo año, pero me
ayudó mucho a conllevar el año escolar.
Tercer año, ese año fue uno de los mejores,
dejó de dividirse por “A" y por “B", y comenzamos a ser un gran grupo
de compañerxs, un año en el cual fue muy revelador, lo más lindo de aquel año
fue haber conocido a mis actuales amigas.
Cuarto año, el clásico año en donde ya te
sentís madura (aunque ninguno realmente lo era) pero esa era la parte graciosa,
el año en donde pensabas que todavía te faltaban dos años para entrar a sexto,
pensando que iba a ser una eternidad… Qué ilusos!!
Quinto año, ay papá! el gran quinto año
manija, en el cual lo único que pensabas era estar en sexto, donde comenzó la
gran discusión de la ropa de la promoción. Fue el año más lindo de toda
mi secundaria, aquel año en el cual seguías siendo inocente, sin asumir que el
próximo año íbamos a tener que convertirnos totalmente en personas responsables.
Fue verdaderamente un año hermoso, tuvimos una linda primavera, una fiesta de Educación
Física increíble.
Y el gran esperadísimo sexto año… ay sexto,
ay sexto!!! Qué ilusa que era al pensar que iba a ser pura joda, qué ilusa!! El
año en el cual se nos incorporó la nueva reforma, nos costó adaptarnos como
chicos de primer año. Nos dejaste mucho que desear sexto, mucha desorganización,
mucha falta de interés, y si sigo no termino más!!
Fue aquel año que esperabas todo de lo mejor
pero por distintas razones no lo fue, igual no deja de ser un mal año, es donde
caes que no era joda, eso que te decían que te tenías que volverte una persona
responsable, y tener pensado qué iba a ser de vos después de la secundaria.
No deja de ser un mal año porque de acá me
llevo a aquellas hermosas amigas que fui conociendo a lo largo de estos seis
años y a aquellos profesores que te hacían dar placer ir al colegio a estudiar
su materia… Y no deja de ser un mal año porque es donde reaccionas que todo ya acaba
y te pones a pensar que aquellos recreos iban a ser los últimos, que aquellos
almuerzos con tus amigxs también iban a serlo. Ahí es donde recapacitas que fue
un buen año, por todo aquello que te llevas de el.
Alumna: Milagros Abril Oyola
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